La imagen presenta un pesebre (nacimiento) minimalista y una portavelas, tallados en una sola pieza de madera. Su origen es inconfundiblemente palestino, evidenciado por el material protagonista: la madera de olivo.
El Vínculo con la Tierra Palestina:
Las vetas dramáticas y contrastantes de la madera, que oscilan entre el crema dorado y el marrón oscuro, son la huella digital de los antiguos olivos que definen el paisaje de Palestina. Esta madera no es un recurso industrial; es un símbolo sagrado de paz y arraigo a la tierra para el pueblo palestino. La escena del nacimiento conecta directamente con la tradición de Belén, manteniendo viva una herencia cultural centenaria.